sábado, 26 de diciembre de 2009

15 bloqueos a la creatividad


Todos los seres humanos somos creativos en algún grado. En la actualidad se reconoce que la creatividad no está restringida únicamente a seres excepcionales, y se encuentra como un potencial en cada persona sin excepción.

Es un hecho, sin embargo, que la expresión de la creatividad no siempre ocurre de manera expedita, y con frecuencia nos encontramos con obstáculos que no logramos superar. Podemos hablar de bloqueos, barreras, amarras o inercias, lo concreto es que todas esas expresiones señalan la existencia de algún factor que se interpone para dificultar nuestra conducta creativa.
Los bloqueos pueden frenar la creatividad en forma total o parcial, durante períodos de tiempo muy largos, en toda situación o sólo en alguna de ellas, de modo que una tarea propia de la estimulación de la creatividad consiste en identificarlos y buscar fórmulas para disolver su presencia o atenuarla.
Los bloqueos básicamente pueden actuar tanto desde el plano intelectual como afectivo, o en nuestro ambiente, en los grupos y en la cultura, en forma de influencias restrictivas.
El siguiente listado incluye algunos tipos de bloqueos:

1. Temor al fracaso, que lleva a retroceder y rechazar los riesgos.
2. Resistencia a jugar, que termina con el humor y alimenta el apego a lo conocido.
3. Tendencia a la rutina, que termina asfixiando la posibilidad de descubrir oportunidades.
4. Miedo a lo desconocido, que cierra el camino de nuevas experiencias.
5. Exceso de certeza, que perpetúa una sola línea de pensamiento y de acción.
6. Excesiva rigidez, que no permite valorar y utilizar tanto la lógica como la imaginación y la fantasía.
7. Desaprovechamiento de los sentidos, que empobrece la experiencia.
8. Emocionalidad temerosa, que paraliza frente al poder de los afectos.
9. Falta de sentido crítico, que predispone a la obediencia y al conformismo.
10. Rechazo a la diferencia, que oscurece la visión de nuevas ideas.
11. Falta de proyectos compartidos, que impide formas activas de colaboración.
12. Ausencia de autoconocimiento, que entorpece el desarrollo del potencial.
13. Soberbia, que anula la posibilidad de poner en duda ideas preconcebidas y meterse cada cual consigo mismo para cuestionar el límite del pensamiento y por ende lograr su trascendencia.
14. Sobre exigencia hacia uno mismo o hacia otros, que impide aceptar las etapas caóticas y sin control características de la gestación creativa.
15. Obsesión perfeccionista, que dificulta el proceso de elaboración creativa y rechaza las “ideas en proceso” aplicándoles estándares propios de las “ideas terminadas”.
Andrés Ubierna
Fundador y Presidente de Factor Coaching

lunes, 14 de diciembre de 2009

TIRAR LA VACA POR EL BARRANCO



Reflexiones para Líderes
"El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta".
Charles Dickens (1812 1870)

Entrar en zona de confort sin cuestionar lo que hacemos nunca nos dejará disfrutar resultados distintos a los que obtenemos. El líder busca formas diferentes de hacer las cosas porque sabe que en su entorno la constante es el cambio.
Depender y perpetuarse de manera excesiva de una misma fuente de valor es un riesgo alto dependiendo del tipo de negocio y para muchos el cambio puede representar un reto paralizante.
La siguiente historia es una lectura obligada para quien transita el camino de las decisiones importantes tanto para la vida personal como para la vida profesional.
Un maestro de la sabiduría paseaba por el bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia muy pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio. Los habitantes, una pareja y tres hijos casa de madera vestidos con ropas sucias y rasgadas sin calzado Se aproximo al padre de familia y le pregunto:
"En este lugar no existen señales de trabajo ni puntos de comercio, ¿Cómo hacen el señor y su familia para sobrevivir?".
El señor calmadamente respondió:
"Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o la cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso y derivados para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."
El sabio agradeció la información, contemplo el lugar por un momento y se fue. En el camino le ordenó a su fiel discípulo,
“Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí en frente y ¡empújela al barranco!"
El joven espantado vio al maestro y lo cuestiono sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Percibió el silencio absoluto del maestro y fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedo grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años. Un día, el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. A medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con arboles floridos, habitado, niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia había vendido el terreno para sobrevivir. Preguntó a un hombre por la familia que vivía allí hace unos cuatro años, quién respondió que aún seguían viviendo allí. Asombrado el joven entro corriendo a la casa y reconoció a la misma familia que visito hace algunos años con el maestro. Elogio el lugar y le pregunto al dueño de aquella vaquita
"¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?"
El señor entusiasmado le respondió:
"Nosotros teníamos una vaquita que cayo por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer cosas diferentes y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el cambio que ven tus ojos ahora."
¿No estarás abrazando algo que no te deja progresar?, ¿Cuál es tu Vaquita? Quizá hoy sea el día
para que la tires hacia el Barranco.

viernes, 11 de diciembre de 2009

3 reglas de oro según Dionicio Romero

El ministro Carranza, en el último CADE, no solo dedicó elogios a las políticas del Ejecutivo, sino que también celebró “la austeridad, trabajo, esfuerzo y el no tener miedo a competir” de los tres integrantes de la mesa que precedió a la suya el jueves 19. Los millonarios Dionisio Romero, Mario Brescia y Alberto Benavides de la Quintana, dijo, representan perfectos ejemplos de “empresarios schumpeterianos”.

Brescia y Benavides optaron por recapitular sus propias sagas empresariales y pusieron a la familia en el centro. El patriarca de Buenaventura reconoció la deuda que tiene con su esposa, fiel compañera que lo acompañó a parajes como Julcani, mientras que el hijo de italiano recordó que si bien “Pedro y yo hemos sido los banqueros, para utilizar un término chacarero, nada hubiera sido posible sin nuestras tres hermanas”.

Romero, en cambio, se decantó por el lado más docente y ofreció su fórmula del éxito con tres consejos:
  1. “No hay nada más importante que ocuparte de tu fuerza laboral y tu gerencia. El elemento humano hace y deshace las empresas”.
  2. “El ahorro en las empresas es importante, sobre todo para las pequeñas. El ahorro tiene que convertirse en inversión. No puedes crecer sin una política de dividendos austera”.
  3. “Tengo obsesión por tener un sistema de contabilidad eficiente”.
Y esta sarza no fue de patitas. Romero y Benavides cruzaron puyas fraternas, pero con filo. El banquero le reconoció al minero su gran mérito en amasar una fortuna de donde no la había, a diferencia suya y del grupo Brescia, y añadió que, luego de insistirle sin éxito por diez años para que se integre al directorio del Banco de Crédito, “me he tenido que conformar con su hijo Roque”.
Antes, Benavides recordó que con Romero “trabajamos juntos en la Sociedad Minera Brocal hasta que Dionisio dijo esto no es como la banca que da plata rápido, y vendió sus acciones”. Luego de que el hombre fuerte del Banco de Crédito terminó su exposición, el viejo minero ironizó que “Dionisio nos ha dado una clase sobre lo que es la centro izquierda. Escuchándolo casi me he sentido un izquierdista radical”. Hacía referencia a cómo se definió el propio Romero entrevistado por El Comercio en abril último.Como hicieron otros expositores, Romero dividió la historia económica reciente del Perú en dos etapas y llamó a la primera, entre 1959 y 1990, “moverte y acomodarte”.
Resumió la situación de entonces con “un Estado grande e interventista, aranceles altos y una industria local basada en ellos, e intereses altos y diferenciados”. Explicó que el trabajo de los empresarios consistía “en hablar con el Estado el 80% del tiempo para que tus aranceles en los insumos que utilizabas fueran los más bajos y para el producto terminado, los más altos. El dinero no estaba en tu fábrica sino en tus cuotas”. En retrospectiva, afirma que “los beneficios no redundaban necesariamente en el bien de la sociedad sino que se conseguían a costa de otros”.
Consideró que durante esos años “la gerencia era reactiva” y debía ponerse en guardia ante eventos como la reforma agraria y las emisiones de bonos.
La segunda etapa de Romero arrancó en 1990 y su nombre alude a la apertura: “A trabajar, que vienen los extranjeros”. Fue especialmente generoso con el ex ministro fujimorista de Economía, Jorge Camet, a quien atribuyó impulsar el esquema de “flexibilidad laboral y ventajas para la consolidación de las empresas, lo que antes era imposible por las reglas tributarias”.
Revista Caretas
26/11/2009