domingo, 24 de noviembre de 2013

7 pasos para aprender a delegar

Delegar es tan difícil para los emprendedores, como decir la verdad lo es para los políticos. ¿Por qué? En primer lugar, por hábito. Creamos negocios desde cero, hacemos de todo, desarrollamos una forma de hacer las cosas en la que creemos, y luego descubrimos que los hábitos son difíciles de romper. Nadie hará las cosas exactamente de la misma forma que tú. 

Jay Van Andel, cofundador del gigante Amway Corporation, me impresionó hace varios años con un discurso llamado “Delegar o Estancar”. Claramente, el sistema de Amway está basado en la multiplicación de los esfuerzos: una persona aprendiendo ciertas habilidades, que después las replica una y otra vez. Y Jay y su socio, Rich DeVos, tenían un negocio que crecía rápidamente. Para mantenerse a la delantera, constantemente delegaban y se reemplazaban. Lo que Jay me dejó claro es que la única forma de avanzar en cualquier negocio es seguir delegando. 

Pero hay más de una forma de estar en lo correcto. Brendan Suhr, entrenador de los Detroit Pistons durante sus años de campeonato en la década de 1980, una vez me dijo: “¿Sabes cuántos entrenadores hay en la NBA? Bueno, pues al menos existe ese número de veces diferentes de estar en lo correcto, porque cada uno de ellos piensa diferente”. Y su punto es válido: No puedes delegar si crees que hay una sola forma de hacer las cosas bien. 

Generalmente, suficientemente bueno es suficiente. Déjame darte un ejemplo. Tenía un socio de negocios, una persona clave en mi empresa, que tenía una obsesión sobre cómo se empacaban las cajas. Cuando nos íbamos a seminarios de una semana de duración, en lugar de atender a una serie de responsabilidades importantes, él regresaba al departamento de envíos por horas a hacer el trabajo de un empacador. Debo admitir que sus cajas eran una obra de arte. Estaban empacadas con mucho cuidado, firmes en las esquinas, sin ningún doblez. Todas las etiquetas estaban derechas. Sin embargo, desde que se fue, mis empacadores han enviado cientos de cajas. No tan bien empacadas, pero todas y cada una de ellas ha llegado a su destino. El producto estaba bien y el resultado era el mismo. A veces, suficientemente bueno es bueno. 

Muchas cosas pueden delegarse a personas que no lo harán de la misma manera que tú, probablemente no tan perfectamente, pero que al final tendrán el mismo resultado. Todas y cada una de esas cosas deben ser delegadas. De hecho, tienes que delegar. No puedes avanzar sin delegar algunas responsabilidades y tareas para hacer espacio para otras nuevas y más valiosas. 

Hoy, hacerlo es más fácil que nunca. Puedes delegar a contratistas independientes, freelancers y vendedores. El outsourcing es la palabra clave de la actualidad. Y lo es por una buena razón. Además, si tienes personas a tu alrededor que son inteligentes y talentosas, debes darles constantemente responsabilidades nuevas y emocionantes, y hacer que ellos a su vez deleguen. 

Para dominar el arte de la delegación, te comparto un proceso de siete pasos: 

1. Define qué es lo que necesita hacerse. 
2. Asegúrate que la persona a quien delegas la tarea entienda perfectamente qué necesita hacer. 
3. Explica por qué necesita hacerse mientras pides que se haga. 
4. Enseña cómo debe hacerse, sin micro-administrar. 
5. Asegúrate que la persona entienda el proceso de cómo hacerlo. 
6.  Establece una fecha para que se termine o presenten progresos. 
7.  Asegúrate que exista un acuerdo en la fecha u hora y método de entrega. 

Resistir a la tentación de micro-administrar requerirá de fuerza de voluntad. Una de las razones por las que abandoné las oficinas de mi negocio y empecé a trabajar desde casa cuando me fuera posible, es porque cuando iba a la oficina me sumergía a interferir y criticar, y a meter mi nariz en todas partes, al grado que arruinaba la productividad de todos los demás. Actualmente, casi nunca estoy ahí. De hecho, paso prácticamente todo mi tiempo en mi casa, que no está ni en la misma ciudad donde se ubica la mayoría de mi equipo.

Esto no es ciencia espacial, aunque sí requiere de paciencia. Pero invertir tiempo en hacerlo mejor y logrando que las personas a tu alrededor respondan a ello es la única forma de avanzar y de liberarte para hacer cosas más valiosas para tu empresa.   

Por Dan Kennedy

lunes, 18 de noviembre de 2013

¿Qué aprendió Richard Branson de Steve Jobs?

A principios de año experimenté una de esas coincidencias afortunadas que hacen a la vida interesante. Más o menos cuando empecé a esperar el lanzamiento de la nueva película producida por Virgin “Jobs” -que muestra la vida de Steve Jobs como emprendedor- tuve una cena con un maravilloso grupo de emprendedores, incluyendo a Tony Fadell de Nest, Mike McCue de Flipboard y Dave Morin de Path, así como con el CEO de Twitter, Dick Costolo. Tony y Dave trabajaron en Apple al comienzo de sus carreras, por lo que claramente pedí escuchar más anécdotas de Steve, el empresario que más admiro. 

Tony fue uno de los hombres detrás del revolucionario iPod. A principios de su trayectoria en Apple, Tony se acercó a Jobs con el concepto inicial y después trabajo en crear y desarrollar 18 generaciones de iPods y tres de iPhones. 

Tony habló del estilo de liderazgo de Steve y de cómo afectó a la compañía. Es bien sabido que el co-fundador de Apple empujaba a sus empleados a alcanzar resultados extraordinarios, demandando perfección, y que era rápido en criticar cuando las cosas no salían bien. Y su gente cumplió ese reto: Las cosas salieron muy bien con el iPod, el cual transformó la industria de la música. 

Tony sentía que no importaba qué tan bueno era el producto, Steve nunca pensó que fuera perfecto. Parte de esta percepción de perfección significaba que nunca cedía: No podías ganarle un argumento a menos de que pudieras argumentarlo con datos duros. Y Steve ganó casi todos los argumentos. Si Tony y su equipo necesitaban ganar un argumento basado en una opinión, el equipo conspiraba antes de la reunión con Steve, esperaba el momento crítico de la junta, susurraban la palabra “¡Ahora!” y empujaban al mismo tiempo. 

La creencia de que siempre puedes mejorar es algo que diferencia a los grandes emprendedores y que los dirige a los éxitos futuros. Los creadores nunca están completamente satisfechos; saben que siempre pueden hacerlo mejor. 

La visión y compromiso de Steve con ella resultó en los equipos de iPod desarrollando numerosos productos y versiones antes de sentir que habían alcanzado su meta para lanzarlo al mercado. Éste es un proceso largo y solitario en cualquier empresa. Como dijo Dave, “Nadie podría recordar cuando no podíamos vender iPods y les dimos uno a todos los estudiantes en Duke University para ganar tracción. Puede tomar mucho tiempo construir una empresa”. 

Cuando tocamos los temas de los proyectos en los que estamos trabajando, Tony habló de su nueva empresa, Nest, que desarrolló un termostato que se aprende los horarios de la gente, reduciendo sus emisiones de carbono y facturas de energía hasta en un 20 por ciento. Como podrías esperar, él y su equipo también trabajan en otros productos interesantes. 

La cultura de una empresa modela todo, desde cómo se ven sus productos hasta cómo responden al teléfono las personas encargas del área de atención al cliente, por lo que toda cultura debe ser diferente y adecuarse a sus necesidades particulares. En Nest, Tony está creando una muy diferente y menos dictatorial que Apple. Ayuda a todos en el equipo a entender su rol vital en el éxito y a trabajar en torno a esas metas. 

En la otra mano, Nest comparte el enfoque brillante de Apple en el diseño. Tony resaltó que hacer productos excelentes y prácticos es esencial para que una empresa sea competitiva: “Debes verte cool”. Esto les da a los consumidores razones emocionales y racionales para invertir en una marca. Como dijo Tony: “La tecnología debe tratarse de más que de lo más nuevo, más bello o más ruidoso. Debe hacer una diferencia”. 

Y Dave comentó que el ímpetu por el gran diseño necesita venir desde arriba. A todos en una empresa debe importarles cómo luce, se siente y funciona un producto –no sólo a los que tienen el título de diseñadores. Las empresas necesitan que los CEOs tengan buen gusto de diseño, así como necesitan que sus contadores sean buenos para los números. 

Conforme la cena iba llegando a su fin, todos hablaban sobre qué consejo podríamos obtener de nuestra experiencia y que fuera útil para los emprendedores novatos. Concordamos con que debería ser: Sólo inicia. Pensar en una idea por cuatro o cinco años es lo que muchas personas hacen. Sólo inicia. Aprenderás muchas lecciones haciéndolo. Inicia. Confía en el proceso, en tu idea y en tu equipo. 

La pasamos muy bien en nuestra cena. Me hubiera gustado que Steve hubiera podido acompañarnos.

Por Richard Branson

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Se puede triunfar después de los 40?

La imagen de un emprendedor en ascenso a menudo es la de un estudiante con afinidad por la tecnología que abandona la universidad; normalmente hombre y de veintitantos años.
Sin embargo, alrededor de la mitad de los emprendedores nuevos del año pasado en Estados Unidos tenía 45 años o más, según la Ewing Marion Kauffman Foundation, un grupo especializado en emprendimiento y educación.
Algunos emprendedores de 40, 50 o más dicen que frecuentemente enfrentan un “sesgo de edad” por parte de inversionistas, clientes y colegas. ¿Pero es realmente más difícil para los emprendedores mayores tener éxito a la hora de desarrollar nuevas empresas? ¿Y qué pueden hacer ante las miradas escépticas o comentarios sarcásticos sobre su edad?
Hace poco, los mentores de The Accelerators, un blog de The Wall Street Journal sobre los retos de empezar una empresa, expresaron sus puntos de vista con respecto a la discriminación por la edad.

Trayectoria vs. tecnología
Kevin Colleran, socio en la firma de capital de riesgo General Catalyst Partners, en Massachusetts, explicó que “los emprendedores y ejecutivos de más edad y más experimentados pueden sentir que les resulta más difícil atraer la atención de los inversionistas, especialmente en la industria de Internet y dispositivos móviles”.
Al mismo tiempo, “emprendedores” cada vez más jóvenes -quienes nunca han tenido un trabajo ni dirigido una empresa en su vida- son cortejados por los inversionistas de capital de riesgo, las incubadoras, los inversionistas ángeles y todo tipo de fuentes adicionales de capital.
“La lógica al menos en esta nueva economía de consumo de Internet y telefonía móvil, es que los fundadores jóvenes compensan su falta de experiencia corporativa y administrativa con su dominio del mundo de la tecnología”, agregó el especialista.
Muchos aseguran que los emprendedores más maduros -personas que realmente no son tan mayores pero que no crecieron con smartphones, redes sociales o incluso correo electrónico- no tienen el ADN o la intuición necesaria para crear las exitosas empresas y aplicaciones de tecnología para el consumidor del futuro.
“Pero a pesar de los titulares sensacionalistas, no significa que el emprendedor con más experiencia y edad no tenga posibilidades. Aunque es probable que el visionario joven e inexperimentado sea más propenso a inventar la aplicación del momento que protagonice un crecimiento desorbitante sin consideración alguna por un modelo de ventas, los ganadores más constantes tienden a ser fundadores maduros que se basan en su experiencia previa y conocimientos de la industria para formar empresas estables, bien administradas y que generan ingresos”, remarcó Colleran.

Experiencia, paciencia y reputación
“Es cierto que la perspectiva fresca y las ideas innovadoras que vienen de los emprendedores jóvenes constituyen un activo valioso. Pero las habilidades que uno obtiene con años de trabajo pueden hacer que los emprendedores maduros se destaquen frente a sus pares más jóvenes. Si la experiencia, la paciencia y la reputación son la base de las aptitudes del emprendedor, la edad se convertirá en una verdadera ventaja”, enfatizó Matt Maloney, fundador de GrubHub Inc en el blog The Accelerators, del Wall Street Journal.
“Una ventaja crucial de la edad es la experiencia obtenida tras años dentro de una o varias industrias. La velocidad y la estrategia con la que un emprendedor puede poner una idea en práctica cuando cuenta con sólidos fundamentos en la industria es una cualidad envidiable”, enfatizó.
Por otro lado, explicó que “los fundadores maduros comprenden que el éxito a largo plazo requiere paciencia: uno hace grandes apuestas que toman años en materializarse. Las decisiones impulsivas encubiertas bajo una capa de innovación son perjudiciales para el éxito de la empresa”.
Desarrollar una reputación sólida toma años, y los emprendedores maduros tienen ventaja ya que, además de los años de experiencia estableciendo contactos y creando relaciones, han cimentado su reputación dentro de su campo.

No hay límite de edad para la innovación
Vivek Wadhwa, vicepresidente del área académica e innovación de Singularity University, en San Francisco, remrcó que “uno nunca es demasiado viejo para innovar. Asimismo, los niños prodigio que son glorificados, como (Mark) Zuckerberg, Steve Jobs y Bill Gates, únicamente lograron el éxito con la ayuda de ejecutivos mayores y experimentados”.
“Un ingrediente clave en la innovación es la habilidad de desafiar la autoridad y romper las reglas. Ya que no han tenido los límites que nosotros tuvimos, la juventud de hoy en día no duda en cuestionar las normas, pensar fuera de lo ordinario y concebir ideas disparatadas. Pero las grandes ideas en sí mismas no se traducen en tecnologías innovadoras ni en empresas exitosas”, enfatizó Wadhwa.
Las ideas se encuentran por todos lados. El valor viene de transformar una idea en un invento y un invento en una empresa exitosa.
“Para lograr esto, uno tiene que colaborar con otros, conseguir financiamiento, comprender los mercados, fijar precios a productos, desarrollar canales de distribución y lidiar con el rechazo y el fracaso. Tiene que ser capaz de administrar y motivar a otros. En otras palabras, uno necesita habilidades empresariales y de gestión, así como madurez. Estas vienen con la educación, la experiencia y la edad”, remarcó.

Determinar la edad promedio del equipo
Nora Abousteit, fundadora de Kollabora.com, consideró que “independientemente de la edad, uno necesita estar preparado para dedicar 150% de su cerebro a su empresa, su equipo y sus clientes”.
Pero 150% de un cerebro inmaduro no aporta mucho. De hecho, una estrategia importante de la mayoría de las startups exitosas consiste en fusionar el entusiasmo y la dedicación de la juventud con el juicio de la experiencia, que viene con la edad.
“Una medida mejor del éxito podría ser la edad promedio combinada del fundador, el equipo ejecutivo y los principales inversionistas y asesores. Para las empresas más atractivas del mundo en este momento, esa edad no suma 25″, destacó.
Lo que realmente se necesita cuando uno ingresa a la etapa inicial de una empresa es un temperamento sereno. Toda firma encara el riesgo del mercado, el riesgo de la tecnología, el riesgo de la ejecución y el riesgo de la gestión. En esa última categoría, el mayor peligro probablemente no sea que su equipo sea demasiado viejo, sino que carezca de la suficiente experiencia.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Cinco lecciones del primer trabajo

Aprender todas las recompensas que trae el trabajo es un proceso que se consolida con el tiempo. Por lo general, el primer trabajo no llena totalmente las expectativas profesionales de las personas, pero si es importante para entender el impacto sobre las finanzas personales que servirán para toda la vida.

Los jóvenes muchas veces comienzan su vida laboral realizando tareas que no tienen que ver con la profesión que quieren tener en el futuro. Vendedores de tiendas de ropa, de tecnología, meseros e impulsadores de productos son solo algunos ejemplos.

Además de entender la dinámica de los empleos, reconocer figuras de autoridad diferentes a la de los padres, son solo algunas de las experiencias que se viven durante este proceso.

El sitio finanzaspersonales.com.co, menciona cinco lecciones que son importantes para cualquier persona y que enseñan a valorar la labor realizada y la importancia de esta para la realización personal y las finanzas personales.

1.    Ganar dinero eleva la autoestima
Empezar a ganar dinero por la labor realizada, aumenta la confianza en sí mismo de las personas, pues activan la mente hacia la posibilidad de poder  trazarse y conseguir las metas propuestas para alcanzar el éxito. Adquirir responsabilidades, sentirse útil y administrar su propio dinero se convierten en algunas de las recompensas más importantes para la realización personal.

Con el primer trabajo se aprende también que el dinero no es suficiente motivación para seguir con un trabajo. Se empieza a entender que la satisfacción realizar el mejor esfuerzo también hace parte de la felicidad.

2.    Tomar lo malo con lo bueno
Como en ese primer trabajo, siempre hay que realizar labores más operativas y que dan la impresión de que nos son valoradas, a veces resulta siendo frustrante para los jóvenes que sueñan con ganar un mejor salario y tener una mejor posición.

De esas experiencias siempre debe quedar algo bueno. Entender cómo funcionan las jerarquías, aprender a respetar la autoridad, compartir con los compañeros de trabajo y desarrollar habilidades de trabajo en equipo, son enseñanzas valiosas en el proceso de formación laboral.

3.    Existen las personas problemáticas
La interacción con todo tipo de personas permite aprender a conformar equipos de trabajo eficientes y productivos, identificar todo tipo de clientes y desarrollar habilidades de negociación con cada uno de ellos para garantizar un ambiente laboral agradable, independientemente de su actividad, y hacer de su labor lo más productivo para usted y su empresa.

4.    El dinero ganado se valora más
No hay nada mejor que recibir el primer salario de la vida. Desarrollar una perspectiva y organizar un presupuesto de gastos para ese dinero que entra gracias a la labor realizada, es de las enseñanzas más importantes para las finanzas personales de cualquier persona.

Es claro que un joven no va a gastar todas las veces su dinero con prudencia, por todas las experiencias que quiere vivir. Eso no es problema siempre y cuando con un poco de educación se vaya desarrollando el sentido de responsabilidad sobre el dinero, que le servirá para alcanzar sus metas financieras en el futuro.

5.    Aprender a ahorrar
Ya se mencionó que cuando se gana dinero se empiezan a hacer planes a futuro. Oportunidades de estudiar, de comprar activos de alto valor, son ahora más probables y cercanas que antes, cuando no recibía ningún ingreso.

El primer trabajo despierta esa mentalidad de ahorro. La costumbre de vivir con un poco menos de lo que se gana en total, debe desarrollarse desde el primer sueldo que se recibe e irlo aumentando a medida que sube el ingreso.