lunes, 27 de enero de 2014

Por qué nunca acabas lo que empiezas y cómo solucionarlo

¿Te consideras una persona con poca voluntad, que posterga las cosas y nunca acaba lo que empieza?

Mucha gente me escribe comentándome que no son perseverantes, que no acaban lo que empiezan, que lo postergan todo o que no tienen voluntad. Y hace poco vi un vídeo de una de mis mentoras, Marie Forleo, que es perfecto para esta situación y te lo resumo aquí junto con mi opinión y experiencia personal.

Terminar las cosas es simple y llanamente un hábito, una costumbre. Es como lavarse los dientes. Si no te los lavas nunca te da una pereza terrible, ¿verdad? Pero si te acostumbras a hacerlo, te pasa lo contrario, te los tienes que lavar ¡o sufres! Y de hecho no tienes ni que pensarlo. Pues esto es lo mismo, si no acabas lo que empiezas es simplemente porque no estás acostumbrada y es cuestión de crear ese hábito.

¿Cómo creas el hábito? Aquí es donde Marie Forleo recomienda cuatro cosas:

1. Deja de pensar que tienes que disfrutar del proceso en todo momento. Este consejo es magnífico. Parece que cuando haces algo que te gusta tienes que estar disfrutando todo el tiempo y si no, es que algo va mal y ¡no es así! Incluso aunque disfrutes la mayor parte del tiempo (que puede no ser el caso tampoco), hacer cosas es difícil y duro. Por ejemplo, por mucho que te guste escribir, escribir un libro es muy duro; o preparar una comida para 25 personas si eres chef, o escribir un blog y ser constante, u organizar una exposición de fotos. Siempre hay partes duras y partes que te gustan menos (o nada). Todo cuesta y no todo es siempre diversión, hay que ser consciente de eso.

Apúntate esto, la diferencia entre un aficionado y un profesional es que el profesional acaba las cosas cueste lo que cueste. Así que tenlo en cuenta porque estamos hablando de tu profesión, tu eres una profesional y las profesionales de éxito acaban lo que empiezan, aunque sea duro. Eso sí, tienes que saber distinguir esto de autosabotaje de obligarte acabar las cosas, porque no es lo mismo acabar lo que es importante, que perder el tiempo porque no eres capaz de dejar algo inacabado. 

2. Empieza por las cosas pequeñas. ¿Cómo te las arreglas con las pequeñas tareas del día a día? Por ejemplo, leer y responder emails, publicar en las redes sociales (si lo haces), contestar a clientes, etc. ¿Acabas lo que empiezas o tienes un batiburrillo de cosas a medias? Es decir, ¿tu problema de no acabar lo que empiezas se extiende también a las pequeñas actividades del día a día? Esto es muy importante porque los grandes proyectos están formados por pequeñas tareas y si no eres capaz de acabar pequeñas cosas tampoco lo harás con las grandes. 

Así que a partir de ahora cuando estés contestando un email, por ejemplo, no pases a otro y lo dejes a medias. Empieza y acaba uno a uno. O si te pones a pagar facturas, no dejes algunas para luego, acaba lo que empieces. Una vez que empieces a controlar las pequeñas cosas, las grandes se cuidarán ellas solas, ya lo verás.

3. Que no sea opcional. La cosa está clara, cuando no te queda más opción que hacer algo, lo haces. Te cueste más o menos, te guste más o menos. Si mañana tienes que entregar un informe o si no te echan, mañana lo tienes listo, da igual lo largo que sea. Si tienes que renovar el pasaporte este mes, lo renuevas. Cuando no te queda otra acabas las cosas. Y aquí es donde Marie añade algo especialmente interesante (en mi opinión): la razón por la que no acabamos las cosas es porque nos damos opciones para no hacerlo, porque valoramos más las promesas que hacemos a los demás que las que nos hacemos a nosotros mismas. Como dice ella: “Si quieres ser responsable, mantén las promesas que le haces a los demás. Si quieres tener éxito mantén las promesas que te haces a ti mismo.”

4. Una última recomendación, la dieta de proyectos. Si eres una persona activa o emprendedora seguro que enseguida te apuntas a todo proyecto que te parezca interesante, pero si luego no acabas ni la mitad estás perdiendo tiempo y energía. Así que a partir de ahora, como le decía a una clienta hace poco, a subirse al tren del no o,como dice Marie en su vídeo, a hacer dieta de proyectos. Escoge uno y hasta que no lo acabes no cojas otro. Nada de llenarte el plato con mil cosas para , al final, no acabar ninguna…

Acostúmbrate a acabar una cosa antes de empezar otra y adelantarás más. Y ya sé lo que estás pensando:” Sí, claro, tu no tienes ni idea de la cantidad de cosas que tengo que hacer para ayer, imposible hacer solo una”. Error. Si sigues haciéndolo todo a la vez no acabarás nada. Escoge una, las más importante en este momento, acábala y empieza otra. Pruébalo, no pierdes nada y puede que te cambie la forma de hacer las cosas.

AUTOR(A): Aida Baida Gil

lunes, 20 de enero de 2014

5 pasos para aprender a escuchar

Algunos de los emprendedores más exitosos no han potenciado sus habilidades para escuchar –y esto podría estar jugando en su contra. Y es que si te tomas el tiempo para escuchar lo que los demás tienen que decir -en especial tus clientes y empleados, cuya retroalimentación es muy valiosa- construirás una base de seguidores leales para tu marca. Pero ten cuidado: evita juzgar y procura simplemente escuchar.

Te compartimos cinco técnicas para hacerlo más efectivamente: 

1. Abre tu lenguaje corporal. Tu lenguaje corporal revela si estás o no interesado en una historia. Cuando escuchas activamente a alguien, te inclinas un poco hacia adelante y haces contacto visual. Una simple sonrisa y un asentimiento ocasional mostrarán que estás interesado e involucrado con lo que la otra persona dice. 

En situaciones en las que te sientes incómodo (como en un evento de networking) podrías tener la tendencia de cruzarte de brazos, poner tus manos en los bolsillos o exhibir otras formas de comportamiento nervioso. Estas pequeñas barreras físicas pueden desmotivar a otras personas a acercarse a ti. 

2. Mantente involucrado. Si estás en un lugar muy lleno y ocupado, enfócate más en la persona con la que estás hablando y menos en lo que sucede a tu alrededor. De la misma manera, cuando estás hablando por teléfono, dale la espalda a tu computadora y bríndale a la persona toda tu atención. Cuando te distraes con la tecnología, haces sentir a las personas que son poco importantes. 

3. Resiste la necesidad de interrumpir. Puede serte tentador terminar la oración de la otra persona para demostrar que entiendes el mensaje, pero esto puede parecer grosero de tu parte. Escuchar construye confianza. Si interrumpes a alguien -aunque tus intenciones sean buenas- se le niega la oportunidad de expresar sus sentimientos y emociones. Para asegurarte que no interrumpirás, siempre páusate unos cuantos segundos antes de responder. 

4. Haz preguntas. La palabra más poderosa en una conversación es: “Cuéntame”. Las personas se sienten bien cuando les haces preguntas pertinentes y escuchas activamente sus respuestas. Si tomas un interés activo en la vida de los demás, se te regresará el favor. 

Las preguntas abiertas proveen la mejor oportunidad para que las personas se expandan en un tema y ayudan a mantener la conversación fluida. Si no entiendes el punto que alguien trata de hacer, pide por clarificación y ejemplos específicos.    

5. Practica el escuchar empáticamente. Escucha no sólo con tus oídos, sino también con tus ojos y corazón. No tienes que estar de acuerdo con la persona, pero sí imagina cómo se siente. Ponte en los zapatos de tu interlocutor para comprender completamente su punto de vista.  

Desafortunadamente, la mayoría de las personas no escuchan para comprender, sino simplemente para responder. No te enfoques en lo que dirás después; esto te distrae de la conversación. Más bien, enfócate en la historia de la persona. Pregúntate: “¿Cómo me sentiría si esto me pasara a mí?” Y una vez que hayas absorbido lo que la persona ha dicho, responde acorde.

Por Jacqueline Whitmore

lunes, 13 de enero de 2014

Errores a evitar en el mundo de los negocios

Por supuesto, cada empresario tiene su propia manera de hacer las cosas, pero aquí hay algunas advertencias que pueden evitarle un dolor de cabeza en lo que respecta a su negocio, según una reciente publicación de Forbes.

Usted no puede hacerlo todo por su cuenta. La construcción de un equipo es esencial porque hay tantas horas que dedicar a un negocio. Usted necesita además escuchar nuevas ideas, adquirir otros conocimientos y conocer otras experiencias. Las personas indicadas ayudarán a su negocio crecer.

Usted puede pensar que su producto es perfecto, pero sus clientes no. Escuche la opinión de los usuarios potenciales: Su opinión puede no ser la mejor. Si se adelanta con el lanzamiento de un producto, quizá el rechazo frente a éste último ocurra con similar rápidez.

Haga una sola cosa con excelencia. Muchos empresarios cometen el error de querer abarcar demasiado. Es necesario enfocarse, sobre todo, al principio en hacer bien una sola cosa. Luego lo ideal es adquirir una nueva habilidad o conocimiento que haga posible que el producto principal mejore.

Cobre antes de entregar un proyecto a un cliente. Esto es especialmente importante si usted proporciona un servicio. Si no exige un pago por adelantado, una vez que puso manos a la obra, ya no tendrá mucho poder de negociación.

No cobre por debajo del promedio. Quizá piense “yo no necesito de cobrar US$ 150 por hora, puedo cobrar US$ 70 y recibir más de lo que estaba recibiendo como empleado. Cuidado. A la larga puede darse cuenta de que eso es insostenible. No compita en precio, hágalo en calidad, experiencia y enfoque.

Construya cosas para un mercado real. Dicho de otra manera, nunca abra un restaurante sin haber trabajado en uno por un largo tiempo. Destine todo su esfuerzo, energía, conocimiento y experiencia en desarrollar un producto o servicio en respuesta a una demanda ya existente.

Nunca entre a una sociedad sin un acuerdo formal. No importa que crea lo bien que conoce a alguien, simplemente usted no sabe cuando él o ella va a querer retirarse de la sociedad para hacer alguna otra cosa.

No es venta lo aún no se ha pagado. Esto puede sonar obvio, pero muchos de los propietarios de pequeñas empresas logran entusiasmarse solo con las órdenes de clientes potenciales. Pero hasta que el dinero para esos productos o servicios no esté en el banco, nada cuenta.

domingo, 5 de enero de 2014

La palabra “responsable” está sobrevalorada, es la más usada en los perfiles de LinkedIn

A nivel mundial, la palabra más usada en los perfiles de LinkedIn es “responsable”, seguida de “estratégico” (2), “creativo” (3), “eficaz” (4), “paciente” (5), “experto” (6), “organizativo” (7), “vehemente” (8), “innovador” (9) y “analítico” (10).

Este es el cuarto año que LinkedIn publica su lista anual de las palabras de moda en exceso. Mirando hacia atrás en los últimos años, una serie de palabras de moda han subido y bajado en términos de su popularidad.

En el 2010, “amplia experiencia”, fue la palabra de moda, y durante dos años consecutivos (2011 y 2012), la palabra de moda fue “creativo”.

“La construcción de su marca profesional es un paso importante para tener éxito en la búsqueda de trabajo. Pero si usted suena como todos los demás, no se destaca de otros profesionales que compiten por oportunidades”, afirma el experto en carreras de LinkedIn, Nicole Williams.

Hay que diferenciarse describiendo únicamente lo que ha logrado en su carrera y respaldarlo con ejemplos concretos de su trabajo mediante la adición de fotos, videos y presentaciones en su perfil que demuestran su mejor trabajo, agrega.

“Proporcionar ejemplos concretos para demostrar la forma en que usted es responsable o estratégico es siempre mejor que sólo el simple uso de las palabras”, precisa.

Asimismo, LinkedIn da unos consejos para que usted destaque entre la multitud y muestre cómo está siendo responsable, creativo o estratégico:

1.- Considere lo contrario: ¿Alguna vez se llamó a sí mismo irresponsable o impaciente? Una de las maneras más rápidas de decidir la selección de una palabra que puede describir su marca profesional es considerar el antónimo.

En el caso de “efectivo”, su opuesto es “ineficaz”, haga “efectiva” una de esas descripciones que están dadas. Es decir, su perfil entero puede mostrar que usted es responsable y eficaz sin tener que incluir las palabras usadas en exceso.

2.- Vincule un resultado: Enlace sus habilidades a un resultado específico que demuestre su competencia.

Siempre que sea posible, especialmente para palabras de moda como “innovador”, “estratégico” y “creativo” actualice un ejemplo de su trabajo a su perfil, como una foto, un vídeo o una presentación para dar a otros una mejor representación de su talento.

3.- Deje que otros lo avalan a usted: Otra forma de verificar el conjunto de habilidades, que la mayoría de los demás también están promocionando, es buscar los endosos o recomendaciones de fuentes confiables.

Cuando usted está buscando recomendaciones, pida a su contacto que hable específicamente sobre la habilidad que busca destacar y lo ideal es vincularlo a un resultado del que fue testigo.

4.- Use un lenguaje activo: En vez de decir que usted es responsable de algo, demuestre cómo esa responsabilidad dio resultados. Sus compañeros, clientes potenciales y futuros empleadores asumen que fuiste responsable de diferentes programas, pero ¿cómo se tradujeron en resultados?

Por ejemplo, puede reemplazar “responsable de las redes sociales”, con “logré el objetivo de aumentar en diez veces la audiencia en las redes sociales para la marca bajo mi supervisión” y proporcione elementos visuales para demostrar esto aún más.

5.- Justo en frente de sus narices: Adapte su marca profesional en LinkedIn y seleccione las palabras adecuadas para oportunidades específicas mediante la duplicación del lenguaje de las empresas a las que aspira.

Si usted está apuntando a trabajar para o con una compañía de bienes raíces, por ejemplo, siga esa compañía en LinkedIn y encontrará una gran cantidad de información que le guiará en su enfoque.

En la investigación de las empresas en las que aspira a trabajar, se puede descubrir el tono adecuado que desea incorporar en su perfil. Si no está seguro qué palabras utilizar para describir su experiencia profesional o la necesidad de cambiar una de las palabras usadas en exceso, vaya a la fuente y utilice una de sus palabras, aconseja finalmente, LinkedIn.