Un aumento de sueldo es siempre efímero en términos de motivación, igual que la palmada en la espalda o ciertas florituras y ‘comodidades laborales’.
Oficinas extravagantes con todas las comodidades, salas de descanso, actividades in house para hacer felices a los empleados pero ¿es ésta la verdadera motivación?.
Aunque no son las únicas, las compañías tecnológicas suelen ser “expertas” en esta clase de incentivos, tal como Adobe Systems Inc., que incluye una cata de whisky para sus empleados, y sus responsables de gestión del talento se dedican a cuestiones inverosímiles para otras compañías, como contratar máquinas de nieve para celebraciones en la pista de baloncesto corporativa.
Zynga solía servir comidas y cenas diarias usando ingredientes especiales como una rara mayonesa japonesa o siropes de diversos sabores, e incluso ofrecía cortes de pelo a sus trabajadores.
Y Hewlett Packard organizaba una fiesta de la cerveza los viernes por la noche y adquirió terrenos que dedicó a zona de acampada y recreo para sus empleados. HP es pionera en la introducción de las stock options en la década de 1950 y el trabajo flexible en 1973.
¿Y el dinero?
Otras empresas apelan al dinero como herramienta de “felicidad laboral” completa pero los expertos calculan que la motivación extra que proporciona un aumento de sueldo dura tres meses.
Un estudio de la Universidad de Princeton asegura que a partir de unos ingresos anuales de US$ 75,000 dólares no hay mayores consecuencias en términos de felicidad, estrés, disfrute o frustración.
Yolanda Gutiérrez, socia de Eversheds, cree que el elemento económico sigue siendo uno de los principales cuando se habla de motivación, pero su impacto es a corto plazo, y más pronto que tarde se interioriza o se olvida.
Agregó que “las empresas deben trabajar con otros elementos cuyos efectos son a largo plazo”.
Montse Ventosa, presidenta de Truthmark, coincide en que “el salario, más que una motivación, es un básico, del mismo modo que el lugar de trabajo y los recursos para desempeñar una actividad excelente”.
Las cosas que de verdad motivan son las intrínsecas, que son recompensas que nos damos a nosotros mismos: siento que estoy aprendiendo; que formo parte de un grupo exclusivo; que soy útil en la organización, y que me siento reconocido.
Además, están las trascendentes, que van mucho más allá: siento que colaboro a hacer una sociedad mejor, entre otros.
Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
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