A principios de año experimenté una de esas coincidencias afortunadas que hacen a la vida interesante. Más o menos cuando empecé a esperar el lanzamiento de la nueva película producida por Virgin “Jobs” -que muestra la vida de Steve Jobs como emprendedor- tuve una cena con un maravilloso grupo de emprendedores, incluyendo a Tony Fadell de Nest, Mike McCue de Flipboard y Dave Morin de Path, así como con el CEO de Twitter, Dick Costolo. Tony y Dave trabajaron en Apple al comienzo de sus carreras, por lo que claramente pedí escuchar más anécdotas de Steve, el empresario que más admiro.
Tony fue uno de los hombres detrás del revolucionario iPod. A principios de su trayectoria en Apple, Tony se acercó a Jobs con el concepto inicial y después trabajo en crear y desarrollar 18 generaciones de iPods y tres de iPhones.
Tony habló del estilo de liderazgo de Steve y de cómo afectó a la compañía. Es bien sabido que el co-fundador de Apple empujaba a sus empleados a alcanzar resultados extraordinarios, demandando perfección, y que era rápido en criticar cuando las cosas no salían bien. Y su gente cumplió ese reto: Las cosas salieron muy bien con el iPod, el cual transformó la industria de la música.
Tony sentía que no importaba qué tan bueno era el producto, Steve nunca pensó que fuera perfecto. Parte de esta percepción de perfección significaba que nunca cedía: No podías ganarle un argumento a menos de que pudieras argumentarlo con datos duros. Y Steve ganó casi todos los argumentos. Si Tony y su equipo necesitaban ganar un argumento basado en una opinión, el equipo conspiraba antes de la reunión con Steve, esperaba el momento crítico de la junta, susurraban la palabra “¡Ahora!” y empujaban al mismo tiempo.
La creencia de que siempre puedes mejorar es algo que diferencia a los grandes emprendedores y que los dirige a los éxitos futuros. Los creadores nunca están completamente satisfechos; saben que siempre pueden hacerlo mejor.
La visión y compromiso de Steve con ella resultó en los equipos de iPod desarrollando numerosos productos y versiones antes de sentir que habían alcanzado su meta para lanzarlo al mercado. Éste es un proceso largo y solitario en cualquier empresa. Como dijo Dave, “Nadie podría recordar cuando no podíamos vender iPods y les dimos uno a todos los estudiantes en Duke University para ganar tracción. Puede tomar mucho tiempo construir una empresa”.
Cuando tocamos los temas de los proyectos en los que estamos trabajando, Tony habló de su nueva empresa, Nest, que desarrolló un termostato que se aprende los horarios de la gente, reduciendo sus emisiones de carbono y facturas de energía hasta en un 20 por ciento. Como podrías esperar, él y su equipo también trabajan en otros productos interesantes.
La cultura de una empresa modela todo, desde cómo se ven sus productos hasta cómo responden al teléfono las personas encargas del área de atención al cliente, por lo que toda cultura debe ser diferente y adecuarse a sus necesidades particulares. En Nest, Tony está creando una muy diferente y menos dictatorial que Apple. Ayuda a todos en el equipo a entender su rol vital en el éxito y a trabajar en torno a esas metas.
En la otra mano, Nest comparte el enfoque brillante de Apple en el diseño. Tony resaltó que hacer productos excelentes y prácticos es esencial para que una empresa sea competitiva: “Debes verte cool”. Esto les da a los consumidores razones emocionales y racionales para invertir en una marca. Como dijo Tony: “La tecnología debe tratarse de más que de lo más nuevo, más bello o más ruidoso. Debe hacer una diferencia”.
Y Dave comentó que el ímpetu por el gran diseño necesita venir desde arriba. A todos en una empresa debe importarles cómo luce, se siente y funciona un producto –no sólo a los que tienen el título de diseñadores. Las empresas necesitan que los CEOs tengan buen gusto de diseño, así como necesitan que sus contadores sean buenos para los números.
Conforme la cena iba llegando a su fin, todos hablaban sobre qué consejo podríamos obtener de nuestra experiencia y que fuera útil para los emprendedores novatos. Concordamos con que debería ser: Sólo inicia. Pensar en una idea por cuatro o cinco años es lo que muchas personas hacen. Sólo inicia. Aprenderás muchas lecciones haciéndolo. Inicia. Confía en el proceso, en tu idea y en tu equipo.
La pasamos muy bien en nuestra cena. Me hubiera gustado que Steve hubiera podido acompañarnos.
Por Richard Branson
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