Hablar de más en un momento de tristeza, mal genio o confusión le puede costar el puesto de trabajo. Por esto, es mejor que lo piense dos veces antes de volver a decir las siguientes frases.
“El pez muere por la boca”, reza el refrán popular. Por esto, es mejor que piense muy bien lo que va a decir, en especial, cuando tiene sentimientos encontrados y está triste, enojado o confundido.
Una frase puede costarle muy caro a futuro, por lo que es aconsejable que sin ser “mojigato”, no diga siempre lo que piensa o siente, señala el sitio finanzaspersonales.com.co.
Evalúe las siguientes frases y piense si alguna vez ha dicho alguna para que la saque de su repertorio. Si no ha dicho ninguna, es mejor que las identifique para que evite decirla.
Tenga en cuenta que si bien algunas veces usted tiene la razón, la forma en que la dice no es la mejor, por lo que causa el efecto contrario al que desea.
1. ¡Hasta mañana, que les rinda!
Esta puede ser una frase habitual y hasta rutinaria, pero tenga cuidado a quien se la dice. No es lo mismo decirle esto a compañeros de otra sección que a su equipo de trabajo que se queda hasta tarde para cumplir con algún compromiso.
Si se trata de la sección a la que pertenece, lo recomendable es que antes de irse pregunte si requieren ayuda o si puede colaborar con alguna tarea.
No hacerlo, generará una imagen de falta de compromiso con la empresa. Además, cuando usted necesite ayuda, muy seguramente lo dejarán solo.
2. Estoy ocupado, ¿Por qué tengo que hacerlo yo?
Aunque pueda tener razón, esta frase molesta a cualquier compañero de trabajo o jefe. Trate de negociar de forma diplomática. Pregunte de forma cortés si puede hacer sólo una parte o hasta cuándo hay plazo de entregar el informe.
Negarse desde un principio y de forma radical a hacer un trabajo, lo puede hacer ver flojo y complicado.
3. ¡No me importa, no es mi responsabilidad!
Cerrarse a hacer un trabajo y no dar más de sí mismo, lo limita a explorar otras habilidades y a que sus superiores le nieguen oportunidades de ascenso. Cuando se arriesga a realizar otras tareas seguramente aprenderá algo nuevo y en su trabajo valorarán su esfuerzo.
4. Lo hago, pero debe compensarme
Las condiciones no son agradables casi que para nadie. Cuando usted da esta respuesta, da la impresión de trabajar por obligación y por un sueldo, y aunque sea así, los demás no tienen por qué saberlo, a menos que esté a punto de irse de la empresa.
5. No me pagan por hacer esto
Se repite el mensaje de trabajar sólo por el salario. Seguramente su jefe empezara a pensar que quiere un empleado con más sentido de pertenencia.
6. Ya acabe mi jornada de trabajo, mañana lo haré con gusto
Contar las horas para irse de la oficina y no quedarse un minuto más de la hora de salida no es buen indicio, ni para usted, ni para los demás. Esto quiere decir que a usted no le importa su trabajo y lo que más anhela es irse.
7. Voy a hacer lo que usted me dice, pero no creo que funcione
Aunque pueda conocer muy bien los procedimientos y el funcionamiento de su área, esta respuesta es una cachetada para la otra persona. Haga el ejercicio de hacerlo y demostrarle a la otra persona porque no funciona… No obstante, puede llevarse una sorpresa y encontrar una nueva forma de hacer las cosas, que antes no había contemplado.
8. ¿Por qué tengo que hacerlo yo si no soy el jefe?
Puede que en el momento no lo sea y esté haciendo el trabajo de otra persona sin ninguna remuneración, pero a futuro lo pueden considerar para un ascenso porque saben que usted no sólo ya lo hizo, sino que lo hizo bien.
9. Jefe… ¿Hoy pagan?
A menos que ya hayan pasado bastantes días de la fecha de pago, esta pregunta será un poco indiscreta, más si usted está esperando que le consignen el sueldo antes de tiempo. Aunque no es un pecado grave, sí dejara la sensación en su jefe que es indiscreto al exponer su regular situación financiera ante los demás.
10. ¿El informe era para hoy?
Esta puede ser una de las frases más graves porque no sólo está incumpliendo con sus obligaciones en el trabajo, sino que también lo harán parecer distraído, despreocupado e ineficiente.
Banca y Negocios
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