domingo, 30 de junio de 2013

¿Qué pasa con el tipo de cambio?

En las últimas semanas el tipo de cambio, definido como el número de soles por dólar, ha tenido un quiebre; luego de mostrar una tendencia hacia la caída a lo largo de varios años, comenzó a subir. ¿Qué factores están detrás del comportamiento descrito?

Comencemos diciendo que el encargado de la política cambiaria en el Perú es el Banco Central de Reserva (BCRP), ente encargado de definir el sistema cambiario. ¿Y qué es un sistema cambiario? Una forma de determinar el tipo de cambio. Perú tiene un sistema cambiario de flotación administrada o sucia, de acuerdo con el cual, el tipo de cambio se establece en el libre mercado con intervención del Banco Central solo para evitar fluctuaciones bruscas. 

Dicho esto, desde 2002 hasta hace aproximadamente un mes, el tipo de cambio constantemente ha tendido a bajar, desde 3.5 hasta 2.5 soles por dólar. El BCR compró dólares cuando consideró que la caída era brusca y los dólares pasaron a ser parte de las reservas que aumentaron hasta los casi 68 mil millones de dólares actuales; como compró dólares con soles, la inyección de soles configuró un escenario donde la economía tenía muchos dólares y muchos soles.  ¿Por qué bajó? Porque la oferta de dólares era mayor que la demanda. A su vez, ello ocurrió por diversas razones, en especial el boom de los precios internacionales de los minerales inducido por la demanda de China e India entre 2003 y 2012, más o menos. Dicho de otro modo, el enorme crecimiento de China aumentó su demanda por materias primas producidas en América Latina, comportamiento que se reflejó en un aumento de las exportaciones y por lo tanto del ingreso de dólares al país. A partir de 2009 entró a jugar otro factor: los programas de estímulo económico de la reserva federal (banco central de los Estados Unidos). La crisis financiera estalló en los Estados Unidos en 2008; un año después comenzaron las inyecciones de dólares a la economía por parte de la reserva federal, en un intento de reactivar el aparato productivo. Estados Unidos tiene una moneda que es aceptada internacionalmente como medio de cambio (las transacciones en cualquier parte pueden hacerse en dólares) e inclusive como unidad de cuenta (muchos precios en todo el mundo se expresan en dólares). Por lo tanto, cualquier "exceso" de emisión sale de los Estados Unidos y llega al resto de países donde los ciudadanos los aceptan sin problemas; por lo tanto, la mayor liquidez en dólares "chorreó" al resto del mundo y ello acentuó la tendencia hacia la caída en el tipo de cambio. 

¿Qué cambió en 2013?    En primer lugar, China es la "fábrica" del mundo y le vende básicamente a Europa y Estados Unidos; como estas dos zonas crecen muy poco o están en recesión, consecuencia de la crisis, redujeron su demanda por productos chinos; entonces China se desaceleró (pasó a crecer 7.5% luego de hacerlo por encima de 10%). Si China produce menos, demanda menos materias primas del resto del mundo, entre ellas, minerales del Perú; por eso no sorprende que entre enero y abril de 2013, las exportaciones mineras hayan caído 16.4%. Menores exportaciones implican una disminución en el ingreso de dólares al país, con lo cual un factor que determinó el exceso de oferta de dólares y que explicó la caída del tipo de cambio en el período previo, se revirtió.

En segundo lugar, las autoridades de la reserva federal anunciaron que evaluarían la posibilidad de retirar o moderar las inyecciones de liquidez a la economía estadounidense. El mercado tuvo la siguiente lectura: si Estados Unidos emite e inyecta menos dólares, entonces vendrán menos dólares hacia América Latina; el resultado será que el tipo de cambio, probablemente frene su caída y comience a subir; entonces conviene comprar dólares "hoy" para evitar un mayor precio "mañana". Así, las expectativas desatadas por un anuncio originaron que el segundo factor se revirtiera. La combinación de los dos factores descritos determinó el aumento en el tipo de cambio. 

¿Qué puede pasar en adelante? Difícil saberlo, pues existen muchas fuerzas fuera de nuestro control; en la medida que cualquier factor puede cambiar en cualquier dirección resulta complicado hacer pronósticos. Estemos atentos a las tendencias.

Economía para todos
CARLOS PARODI

lunes, 24 de junio de 2013

Diez frases que lo pueden dejar sin reputación… y sin empleo

Hablar de más en un momento de tristeza, mal genio o confusión le puede costar el puesto de trabajo. Por esto, es mejor que lo piense dos veces antes de volver a decir las siguientes frases.

“El pez muere por la boca”, reza el refrán popular. Por esto, es mejor que piense muy bien lo que va a decir, en especial, cuando tiene sentimientos encontrados y está triste, enojado o confundido.

Una frase puede costarle muy caro a futuro, por lo que es aconsejable que sin ser “mojigato”, no diga siempre lo que piensa o siente, señala el sitio finanzaspersonales.com.co.

Evalúe las siguientes frases y piense si alguna vez ha dicho alguna para que la saque de su repertorio. Si no ha dicho ninguna, es mejor que las identifique para que evite decirla.

Tenga en cuenta que si bien algunas veces usted tiene la razón, la forma en que la dice no es la mejor, por lo que causa el efecto contrario al que desea.

1. ¡Hasta mañana, que les rinda!

Esta puede ser una frase habitual y hasta rutinaria, pero tenga cuidado a quien se la dice. No es lo mismo decirle esto a compañeros de otra sección que a su equipo de trabajo que se queda hasta tarde para cumplir con algún compromiso.
Si se trata de la sección a la que pertenece, lo recomendable es que antes de irse pregunte si requieren ayuda o si puede colaborar con alguna tarea.
No hacerlo, generará una imagen de falta de compromiso con la empresa. Además, cuando usted necesite ayuda, muy seguramente lo dejarán solo.

2. Estoy ocupado, ¿Por qué tengo que hacerlo yo?

Aunque pueda tener razón, esta frase molesta a cualquier compañero de trabajo o jefe. Trate de negociar de forma diplomática. Pregunte de forma cortés si puede hacer sólo una parte o hasta cuándo hay plazo de entregar el informe.
Negarse desde un principio y de forma radical a hacer un trabajo, lo puede hacer ver flojo y complicado.

3. ¡No me importa, no es mi responsabilidad!

Cerrarse a hacer un trabajo y no dar más de sí mismo, lo limita a explorar otras habilidades y a que sus superiores le nieguen oportunidades de ascenso. Cuando se arriesga a realizar otras tareas seguramente aprenderá algo nuevo y en su trabajo valorarán su esfuerzo.

4. Lo hago, pero debe compensarme

Las condiciones no son agradables casi que para nadie. Cuando usted da esta respuesta, da la impresión de trabajar por obligación y por un sueldo, y aunque sea así, los demás no tienen por qué saberlo, a menos que esté a punto de irse de la empresa.

5. No me pagan por hacer esto

Se repite el mensaje de trabajar sólo por el salario. Seguramente su jefe empezara a pensar que quiere un empleado con más sentido de pertenencia.

6. Ya acabe mi jornada de trabajo, mañana lo haré con gusto

Contar las horas para irse de la oficina y no quedarse un minuto más de la hora de salida no es buen indicio, ni para usted, ni para los demás. Esto quiere decir que a usted no le importa su trabajo y lo que más anhela es irse.

7. Voy a hacer lo que usted me dice, pero no creo que funcione

Aunque pueda conocer muy bien los procedimientos y el funcionamiento de su área, esta respuesta es una cachetada para la otra persona. Haga el ejercicio de hacerlo y demostrarle a la otra persona porque no funciona… No obstante, puede llevarse una sorpresa y encontrar una nueva forma de hacer las cosas, que antes no había contemplado.

8. ¿Por qué tengo que hacerlo yo si no soy el jefe?

Puede que en el momento no lo sea y esté haciendo el trabajo de otra persona sin ninguna remuneración, pero a futuro lo pueden considerar para un ascenso porque saben que usted no sólo ya lo hizo, sino que lo hizo bien.

9. Jefe… ¿Hoy pagan?

A menos que ya hayan pasado bastantes días de la fecha de pago, esta pregunta será un poco indiscreta, más si usted está esperando que le consignen el sueldo antes de tiempo. Aunque no es un pecado grave, sí dejara la sensación en su jefe que es indiscreto al exponer su regular situación financiera ante los demás.

10. ¿El informe era para hoy?

Esta puede ser una de las frases más graves porque no sólo está incumpliendo con sus obligaciones en el trabajo, sino que también lo harán parecer distraído, despreocupado e ineficiente.

Banca y Negocios

lunes, 17 de junio de 2013

3 situaciones difíciles con empleados

Dar una retroalimentación negativa a alguien de tu equipo nunca es fácil. Estos tips te ayudarán a hacerlo más efectivamente.

Todo líder de negocio se enfrenta a situaciones difíciles en las que deben dar retroalimentación negativa a los empleados. En esos momentos es complejo saber qué decir, por lo que es fácil ‘meter la pata’, dice Joseph Folkman, consultor y autor de The Power of Feedback (El poder de la retroalimentación). 

Te compartimos una guía básica para manejar efectivamente tres situaciones desagradables. 

Escenario 1: Un empleado quiere un ascenso pero no está preparado

Con cualquier empleado que esté buscando avanzar, debes posicionarte como un coach que intenta ayudarlo a encontrar el éxito. “Si eres visto como el obstáculo para que esta persona sea promovida, entonces no será una buena discusión”, dice Folkman. 

“Empieza la discusión con preguntas”, aconseja. Pregúntale: ¿Por qué sientes que ya estás listo para conseguir un ascenso? ¿Qué te ayudará a conseguir en el largo plazo? ¿Cuáles son tus prioridades profesionales en la actualidad? Tu meta debe ser entender de dónde viene la persona y dónde espera llegar para que puedas apoyarlo a construir el puente. 

Muchas veces, los empleados dan por hecho ciertas habilidades que no están enlistadas en la descripción del cargo, como la capacidad de tomar la iniciativa, actuar como mentor para otros o pensar estratégicamente en el futuro. Ayúdalos a crecer clarificándoles cuáles son esas habilidades y dándoles sugerencias específicas sobre cómo pueden demostrarlas. “Enfócate en lo que pueden hacer para mejorar”, recomienda Folkman. “Deja que sea una discusión”. 

Escenario 2: Un empleado es buen trabajador pero choca con el equipo

Los temas interpersonales son sensibles, por lo que debes escuchar la perspectiva del empleado. Para hacerlo, recuerda una situación en específico y pregúntale qué pretendía comunicar o conseguir. “Muy pocas veces hablo con gente que tenía intenciones negativas”, dice Folkman. “Normalmente, o no reconocen cómo su comportamiento afecta a los demás o no saben cómo actuar de otra manera”. 

Para ayudarles a ganar consciencia haz preguntas como: ¿Notaste cómo reaccionaron tus compañeros cuando dijiste eso? ¿Por qué crees que respondieron así? “Si puedes ayudarlos a ver las pistas y a entenderlas, entonces podrán ajustar su comportamiento”, afirma Folkman. 

Una vez que reconozcan los asuntos, ayúdalos a generar ideas sobre cómo podrían comportarse diferente. Motívalos a experimentar reemplazando un comportamiento negativo por uno positivo, como escribir en lugar de interrumpir. Discute los resultados con ellos después del cambio. Idealmente, empezarían a ver que son más exitosos cuando trabajan en sincronía con el grupo. 

Escenario 3: Un empleado inició fuerte pero ya no crece o mejora

Muchos empleados que dejan de crecer es porque ya no se sienten retados. “En un nuevo trabajo, la pasión y energía son altas, pero la competencia es baja”, dice Folkman. “Los empleados nuevos prácticamente no saben lo que hacen”. Es esta sensación de novedad la que los fuerza a aprender y crecer rápidamente, creando un sentido de satisfacción. Con el tiempo, la pasión se desvanece conforme la competencia crece, lo que lleva a la gente a perder la motivación. 

Para ayudar a un empleado a recuperar el momentum, crea un nuevo problema a resolver. “Si pones a las personas en una posición o tarea en la que no han estado antes, verás cómo el ciclo de trabajo empieza de nuevo”, afirma Folkman. Cuando sea posible, alinea los retos con las metas profesionales del empleado, como una oportunidad de aprender el desarrollo del negocio a alguien que recién inició labores.
No importa en qué estén trabajando, puedes ayudarles a potenciar su motivación al mostrarles el impacto que tiene su trabajo. Si ven cómo su trabajo beneficia a otros y cómo mejorando su performance cambia el resultado, es más probable que trabajen duro, aun cuando la novedad se desvanezca. 

Por Nadia Goodman

lunes, 10 de junio de 2013

Por qué delegar funciones en tu empresa

Los equipos de trabajo son fundamentales para el desarrollo y progreso de una empresa, porque las actividades o labores en grupo son más fructíferas que los esfuerzos individuales.

Si esta estrategia trae más beneficios que fracasos, ¿por qué en algunas empresas aquellos empleados que tienen exceso de trabajo no delegan sus funciones? soyentrepreneur.com comparte una lista de las razones que te ayudarán a elegir esta opción.


Incluir a más personas

Cuando el trabajo es demasiado para un solo empleado, es recomendable delegar labores al equipo. Gracias a esta acción, cada uno tendrá sus propias obligaciones y metas que cumplir, todas para un mismo propósito y en menos tiempo.

Hay que destacar que, al hacer esto, se debe dar autonomía de responsabilidad, confianza y reconocimiento de su trabajo y talento.

Ganar más en menos tiempo

La productividad de una empresa no depende de cuánto tiempo se invierta, sino la eficiencia de los empleados. Si es así, automáticamente el tiempo invertido será menor. Es importante utilizar el capital humano para destacar y sobresalir en el mercado, entregando tareas específicas a especialistas y conocedores en el tema.

Aumentar el talento

Los empleados deben sacar lo mejor de sí en el ámbito profesional. Exponer su talento y esfuerzo en cumplir con lo que se pide y aun más, buscando soluciones y nuevas ideas.

A largo plazo y con continuas labores delegadas, las personas comenzarán a potenciarse y desarrollarse en varios aspectos, tanto individuales y como del propio equipo.

Mantener la energía

Si los empleados tienen muchas labores diarias, la energía comienza a disminuir poco a poco y el desempeño es deficiente. Sin embargo, si cuando se enfoca sólo a un trabajo sin preocupaciones extra la energía se orienta a cumplir con el trabajo, guardando una buena reserva.

Motivación

Al confiar en el talento de un empleado está demostrando que espera los mejores resultados y satisfacción. Esto, para el implicado es de gran motivación para cumplir con las metas establecidas.

Al mismo tiempo, se le entrega poder, autoridad, autonomía y responsabilidad, por lo que su autoestima estará constantemente en aumento.

No a la distracción

Es considerado una de las principales barreras del progreso y eficiencia, más aún cuando la tarea es desconocida por el empleado. Es mejor delegar la labor a quien realmente sepa, y dedicarse a trabajar en los temas que domina.

Compromiso

Tener un trabajo específico requiere más responsabilidad en cumplir y obtener buenos resultados, por lo que es importante que el empleado se comprometa con sus funciones. Si el desempeño ha traído beneficios positivos a la empresa y son reconocidas por los jefes, el trabajador tendrá mayor sentimiento de compromiso.

Disminución del estrés

Si la empresa cumple con sus objetivos a corto plazo y están en el camino correcto para los de largo plazo, generará automáticamente satisfacción en el equipo. Lo cual aminora el estrés y aumenta la felicidad, energía y creatividad.

lunes, 3 de junio de 2013

Nueve frases que no debe decir cuando pide un aumento

Pedir un aumento de sueldo no es una decisión fácil de tomar, pues es complicado predecir qué pasará luego de que lo haga. Incluso esta situación puede generarle serios inconvenientes en su trabajo, lo que se convertiría en una experiencia incomoda.

Sin embargo, si después de pensarlo varias veces usted está decidido a hacerlo, asegúrese de cuáles son las frases que debe excluir del argumento que utilice ante su jefe.

Aunque cada empresa y superior son diferentes, cuando se trata de pedir un aumento de sueldo, hay expresiones universales que es mejor evitar a toda costa. De acuerdo con la página web Salary.com las siguientes son las más comunes:

1. “Si no consigo un aumento de sueldo me voy de aquí”

Aunque esa táctica a veces funciona y diferentes expertos podrían decir que es audaz, tenga presente que si elige este camino, debe estar preparado para seguir adelante con la amenaza e irse de la empresa. De lo contrario, su jefe sabrá que es un mentiroso y cualquier futura negociación está casi perdida.

Así mismo, póngase del otro lado ¿Le gustaría recibir un ultimátum? La respuesta a esta pregunta muy seguramente será no.

2. “Me acabo de enterar que mi compañero de trabajo gana más que yo”

Nunca, nunca se compare con otro compañero de trabajo. En primer lugar, esto lo hace ver como un entrometido y chismoso por averiguar el salario de otro empleado.

En segundo lugar, lo hace ver pequeño y quejumbroso, sobre todo porque es posible que su compañero de trabajo está mejor preparado que usted o fue un mejor negociador durante el proceso de la entrevista.

A su vez, el aumento de sueldo debe ser una petición que se derive de su mejor desempeño, no de compararse con otra persona. Céntrese en sus fortalezas y el valor que aporta a la empresa.

3. “Quiero 50 millones de soles mensuales”

No pida una cantidad ridícula de dinero. Adapte su solicitud de aumento de sueldo al promedio de lo que pagan en el mercado.

Recuerde que hay muchos factores que determinan cuánto debe pedir (el estado financiero de la empresa, la cantidad de ingresos que ha generado, etc). Si usted está bien pagado y pide un aumento del 50%, debe contemplar la posibilidad de algunas miradas enigmáticas o risas por parte de su superior.

4. “Necesito un aumento de sueldo porque tengo problemas personales”

Tener un bebé, cuidar a un familiar enfermo, comprar una casa, divorciarse, entre otros, indudablemente le generarán la necesidad de ganar más dinero. No obstante, no justifican que usted merezca una remuneración.

Una vez más, cuando se trata de convencer a su jefe de invertir más dinero en usted, necesita razones sólidas y logros profesionales, no historias tristes.

Los jefes pueden darle la mano, especialmente si tiene una buena relación con él o ella, pero esta simpatía no lo hace merecedor de un salario más alto.

5. “He hecho todo lo que tenía que hacer”

Un aumento de sueldo, representa tener un dinero extra. Así que, si usted cumple con su trabajo al pie de la letra probablemente no es una buena idea solicitar un aumento simplemente porque lo hace bien.

Cuando usted pide más dinero, su jefe le preguntará ¿Por qué cree que se lo merece?. Si responde “bueno, hago lo que debo”, entonces usted está en graves problemas, pues los aumentos salariales son para aquellos de alto desempeño y comprometidos con la excelencia.

6. “He estado aquí desde hace un año”

Lo más probable es que su jefe tenga claro el tiempo que lleva en la empresa. Y por esto, a menos que haya negociado una evaluación de desempeño o subir después de un cierto periodo de tiempo, estar en su posición por uno o dos años no significa nada. El hecho que usted ha ocupado el mismo puesto por una cierta cantidad de tiempo, no significa que se merece un aumento de sueldo y no tiene nada que ver con su rendimiento.

7. “Estoy haciendo el trabajo de tres personas”

Una vez más, no le está diciendo a su empleador algo que él o ella no sabe. Hay una muy buena posibilidad de que usted esté haciendo el trabajo de varias personas, pero seguramente no es el único que está afectado debido a que sus compañeros de trabajo probablemente estén en la misma situación.

Si destaca los logros obtenidos y el trabajo que ha hecho quizás tendrá una mejor oportunidad de recibir un dinero extra en su pago.

8. “No he tenido un aumento de sueldo desde hace…”

Cuando usted está tratando de convencer a alguien, lo mejor es evitar quejarse de buenas a primeras.
Si no ha tenido un aumento desde hace años, es comprensible su molestia. No obstante, evalúe la situación de la empresa y si cree posible que esté en condiciones de subirle el sueldo.

A su vez, tenga en cuenta que insistir en lo negativo lo hace ver como egocéntrico y puede estar enviando el mensaje equivocado a su jefe.

9. “Sé que el tiempo no es genial, pero…”

El tiempo es realmente todo. Si su empresa está disfrutando de los márgenes de ganancias y una expansión sin precedentes, entonces puede ser propicio pedir un aumento de sueldo.

Pero, si la situación es distinta, puede ser una mala idea. Es importante saber dónde se encuentra su empresa financieramente antes de pedir un aumento. Hacerlo en una situación complicada para la empresa lo hace ver como una persona egoísta y fuera de contexto.