Por supuesto, cada empresario tiene su propia manera de hacer las cosas, pero aquí hay algunas advertencias que pueden evitarle un dolor de cabeza en lo que respecta a su negocio, según una reciente publicación de Forbes.
Usted no puede hacerlo todo por su cuenta. La construcción de un equipo es esencial porque hay tantas horas que dedicar a un negocio. Usted necesita además escuchar nuevas ideas, adquirir otros conocimientos y conocer otras experiencias. Las personas indicadas ayudarán a su negocio crecer.
Usted puede pensar que su producto es perfecto, pero sus clientes no. Escuche la opinión de los usuarios potenciales: Su opinión puede no ser la mejor. Si se adelanta con el lanzamiento de un producto, quizá el rechazo frente a éste último ocurra con similar rápidez.
Haga una sola cosa con excelencia. Muchos empresarios cometen el error de querer abarcar demasiado. Es necesario enfocarse, sobre todo, al principio en hacer bien una sola cosa. Luego lo ideal es adquirir una nueva habilidad o conocimiento que haga posible que el producto principal mejore.
Cobre antes de entregar un proyecto a un cliente. Esto es especialmente importante si usted proporciona un servicio. Si no exige un pago por adelantado, una vez que puso manos a la obra, ya no tendrá mucho poder de negociación.
No cobre por debajo del promedio. Quizá piense “yo no necesito de cobrar US$ 150 por hora, puedo cobrar US$ 70 y recibir más de lo que estaba recibiendo como empleado. Cuidado. A la larga puede darse cuenta de que eso es insostenible. No compita en precio, hágalo en calidad, experiencia y enfoque.
Construya cosas para un mercado real. Dicho de otra manera, nunca abra un restaurante sin haber trabajado en uno por un largo tiempo. Destine todo su esfuerzo, energía, conocimiento y experiencia en desarrollar un producto o servicio en respuesta a una demanda ya existente.
Nunca entre a una sociedad sin un acuerdo formal. No importa que crea lo bien que conoce a alguien, simplemente usted no sabe cuando él o ella va a querer retirarse de la sociedad para hacer alguna otra cosa.
No es venta lo aún no se ha pagado. Esto puede sonar obvio, pero muchos de los propietarios de pequeñas empresas logran entusiasmarse solo con las órdenes de clientes potenciales. Pero hasta que el dinero para esos productos o servicios no esté en el banco, nada cuenta.
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