A continuación algunos consejos para que tu CV te permita estar entre la terna de los procesos que te interesan.
El error más común es el mismo de siempre: falta de foco
El nombre autodescriptivo del CV, Curriculum Vitae o Resume es engañoso. Este nos lleva a pensar que debemos hacer un resumen de nuestra vida. Tanto nosotros como muchos de nuestros clientes continuamente revisamos CV que incluyen información irrelevante para la posición que intentamos llenar. Los CV son tan largos que al evaluador se le dificulta extraer la parte relevante para el perfil que busca. Muchas veces no da con esta información y simplemente descarta al candidato. Otras veces decide descartarlo ya que otras personas parecen estar más “especializadas” en el tema que buscan, dan al candidato por “sobrecalificado” o lo descartan por “falta de motivación” para el puesto.
¿De quién es el error? ¿Del candidato o del evaluador? Podríamos decir que del evaluador, pero eso presupone un error conceptual básico en una venta –y, sí, postular a un trabajo es hacer una venta de uno mismo. El error sería el de esperar que el comprador se adapte… en vez de adaptar el producto de venta.
¿De quién es el error? ¿Del candidato o del evaluador? La respuesta a la pregunta es irrelevante. El hecho es que el candidato no llega a la terna. Otros sí llegan. Lo que nos lleva a la pregunta clave: ¿Cómo hago para que mi CV sea el que llegue?
Mira el bosque, no el árbol
Sé consciente de que el CV no debe ser un resumen de tu vida sino un listado de hechos que te califican para una posición. El CV es una herramienta que se crea con un objetivo: conseguirte una entrevista de trabajo.
“La soberbia, mi pecado favorito”, dijo Al Pacino interpretando al diablo. Y es que nos cuesta mucho no poner TODOS nuestros logros y experiencias en un CV. Es así como acabamos con un CV de 2, 3, 4 ó 5 páginas que nos llena de orgullo, pero que no nos consigue las entrevistas que queremos. Nos enfocamos en nuestros orgullos, no en lo que nuestro evaluador quiere leer. Nos arriesgamos a que nos acusen de ser poco precisos y de no tener capacidad de síntesis. Esto no nos lleva a la entrevista.
Revisemos el proceso para decidir cómo debe ser la herramienta que nos lleve a la entrevista (el CV). El reclutador se pone en contacto con muchas personas (vía telefónica o publicando un perfil) y empieza recibir CV de candidatos. El primer punto de consideración es que los evaluadores no tienen tiempo ilimitado. Ellos tienen una fecha de entrega y manejan varios procesos a la vez o tiene otras actividades que realizar. En promedio, un evaluador invierte un máximo de 20 segundos revisando un CV antes de hacer el primer corte y descartarlo o reservarlo para revisarlo con mayor detalle.
El segundo punto a considerar es que los CV se revisan buscando experiencias específicas que fueron listadas en un perfil. Por ejemplo: “10 años de experiencia en marketing de consumo masivo, inglés avanzado, 4 años con gente a cargo, experiencia en desarrollo de publicidad en TV”. Si cumple con todo esto, lo reserva en la pila de personas que va a entrevistar. Si no, lo descarta.
Veinte segundos. Eso es todo. Si se enfrenta a un documento de 5 páginas, ¿qué va a leer el evaluador en veinte segundos? Algunos títulos, revisará fechas, y listo. Por el contrario, si se enfrenta a un documento de una cara, probablemente digiera un 50% del mismo. Entonces, ¿qué es mejor? ¿Dejar que tus únicos veinte segundos se decidan al azar? o ¿asegurarte de que sean invertidos revisando las razones exactas por las que eres un buen candidato para el puesto?
Si pensamos en que en muchos casos el evaluador es el potencial jefe directo, lo anterior también aplica y con más énfasis. Típicamente, los gerentes generales o miembros de un directorio no sólo no tienen tiempo ilimitado sino que tienen menos paciencia que los evaluadores de RRHH y esperan una mayor capacidad de síntesis de parte de sus reportes directos.
Una cara de argumentos objetivos
Esto implica que tu CV dirá sólo y exclusivamente qué es lo que te califica para la posición a la que estás postulando. Eso significa que ese CV fue hecho sólo y exclusivamente para la posición a la que estás postulando en esa oportunidad. No debes temer utilizar en tu CV las mismas palabras que utilizaron en el perfil que leíste o del que te hablaron. Muéstrale al evaluador que su búsqueda llegó al final: tú eres exactamente lo que tenía en mente cuando diseñó el perfil. No se sorprenderá ni pensará que es falso… si él (o ella) hizo ese perfil es porque pensó que podía encontrar a alguien exactamente como lo describe.
Esto también implica que tu CV no será perfecto y que planteará varias dudas… ¡perfecto! Tendrán que llamarte para despejarlas, lo que te acerca a la entrevista.
Deja de lado todos los argumentos que en papel son subjetivos como “gran líder”, “excelente presencia”, “alto nivel de relaciones interpersonales”, “gran potencial de desarrollo”, etc. Necesitas ahorrar espacio para que tu CV quepa en una página y todo lo anterior no es algo que cualquier evaluador competente pretenda evaluar en tu CV sino en una entrevista. Limítate a listar cosas irrefutables que sean demostrables con resultados como el tipo de trabajo que has hecho, los resultados obtenidos (en números de ser posible), los premios y ascensos que has logrado. Eso no es subjetivo ya que sucedió y puedes probarlo.
Escoge tus batallas
Si sigues las recomendaciones anteriores, deberás dedicar un tiempo considerable a enviar un CV. Es por ello que debes escoger tus batallas y sólo trabajar en aplicaciones en las que crees tienes una verdadera oportunidad de ganar. Claramente, es mejor invertir el 100% de tus esfuerzos en una aplicación en la que tienes altas probabilidades de ganar que dividir tu tiempo en varias aplicaciones de las cuales en sólo una tienes la experiencia requerida.
El error más común es el mismo de siempre: falta de foco
El nombre autodescriptivo del CV, Curriculum Vitae o Resume es engañoso. Este nos lleva a pensar que debemos hacer un resumen de nuestra vida. Tanto nosotros como muchos de nuestros clientes continuamente revisamos CV que incluyen información irrelevante para la posición que intentamos llenar. Los CV son tan largos que al evaluador se le dificulta extraer la parte relevante para el perfil que busca. Muchas veces no da con esta información y simplemente descarta al candidato. Otras veces decide descartarlo ya que otras personas parecen estar más “especializadas” en el tema que buscan, dan al candidato por “sobrecalificado” o lo descartan por “falta de motivación” para el puesto.
¿De quién es el error? ¿Del candidato o del evaluador? Podríamos decir que del evaluador, pero eso presupone un error conceptual básico en una venta –y, sí, postular a un trabajo es hacer una venta de uno mismo. El error sería el de esperar que el comprador se adapte… en vez de adaptar el producto de venta.
¿De quién es el error? ¿Del candidato o del evaluador? La respuesta a la pregunta es irrelevante. El hecho es que el candidato no llega a la terna. Otros sí llegan. Lo que nos lleva a la pregunta clave: ¿Cómo hago para que mi CV sea el que llegue?
Mira el bosque, no el árbol
Sé consciente de que el CV no debe ser un resumen de tu vida sino un listado de hechos que te califican para una posición. El CV es una herramienta que se crea con un objetivo: conseguirte una entrevista de trabajo.
“La soberbia, mi pecado favorito”, dijo Al Pacino interpretando al diablo. Y es que nos cuesta mucho no poner TODOS nuestros logros y experiencias en un CV. Es así como acabamos con un CV de 2, 3, 4 ó 5 páginas que nos llena de orgullo, pero que no nos consigue las entrevistas que queremos. Nos enfocamos en nuestros orgullos, no en lo que nuestro evaluador quiere leer. Nos arriesgamos a que nos acusen de ser poco precisos y de no tener capacidad de síntesis. Esto no nos lleva a la entrevista.
Revisemos el proceso para decidir cómo debe ser la herramienta que nos lleve a la entrevista (el CV). El reclutador se pone en contacto con muchas personas (vía telefónica o publicando un perfil) y empieza recibir CV de candidatos. El primer punto de consideración es que los evaluadores no tienen tiempo ilimitado. Ellos tienen una fecha de entrega y manejan varios procesos a la vez o tiene otras actividades que realizar. En promedio, un evaluador invierte un máximo de 20 segundos revisando un CV antes de hacer el primer corte y descartarlo o reservarlo para revisarlo con mayor detalle.
El segundo punto a considerar es que los CV se revisan buscando experiencias específicas que fueron listadas en un perfil. Por ejemplo: “10 años de experiencia en marketing de consumo masivo, inglés avanzado, 4 años con gente a cargo, experiencia en desarrollo de publicidad en TV”. Si cumple con todo esto, lo reserva en la pila de personas que va a entrevistar. Si no, lo descarta.
Veinte segundos. Eso es todo. Si se enfrenta a un documento de 5 páginas, ¿qué va a leer el evaluador en veinte segundos? Algunos títulos, revisará fechas, y listo. Por el contrario, si se enfrenta a un documento de una cara, probablemente digiera un 50% del mismo. Entonces, ¿qué es mejor? ¿Dejar que tus únicos veinte segundos se decidan al azar? o ¿asegurarte de que sean invertidos revisando las razones exactas por las que eres un buen candidato para el puesto?
Si pensamos en que en muchos casos el evaluador es el potencial jefe directo, lo anterior también aplica y con más énfasis. Típicamente, los gerentes generales o miembros de un directorio no sólo no tienen tiempo ilimitado sino que tienen menos paciencia que los evaluadores de RRHH y esperan una mayor capacidad de síntesis de parte de sus reportes directos.
Una cara de argumentos objetivos
Esto implica que tu CV dirá sólo y exclusivamente qué es lo que te califica para la posición a la que estás postulando. Eso significa que ese CV fue hecho sólo y exclusivamente para la posición a la que estás postulando en esa oportunidad. No debes temer utilizar en tu CV las mismas palabras que utilizaron en el perfil que leíste o del que te hablaron. Muéstrale al evaluador que su búsqueda llegó al final: tú eres exactamente lo que tenía en mente cuando diseñó el perfil. No se sorprenderá ni pensará que es falso… si él (o ella) hizo ese perfil es porque pensó que podía encontrar a alguien exactamente como lo describe.
Esto también implica que tu CV no será perfecto y que planteará varias dudas… ¡perfecto! Tendrán que llamarte para despejarlas, lo que te acerca a la entrevista.
Deja de lado todos los argumentos que en papel son subjetivos como “gran líder”, “excelente presencia”, “alto nivel de relaciones interpersonales”, “gran potencial de desarrollo”, etc. Necesitas ahorrar espacio para que tu CV quepa en una página y todo lo anterior no es algo que cualquier evaluador competente pretenda evaluar en tu CV sino en una entrevista. Limítate a listar cosas irrefutables que sean demostrables con resultados como el tipo de trabajo que has hecho, los resultados obtenidos (en números de ser posible), los premios y ascensos que has logrado. Eso no es subjetivo ya que sucedió y puedes probarlo.
Escoge tus batallas
Si sigues las recomendaciones anteriores, deberás dedicar un tiempo considerable a enviar un CV. Es por ello que debes escoger tus batallas y sólo trabajar en aplicaciones en las que crees tienes una verdadera oportunidad de ganar. Claramente, es mejor invertir el 100% de tus esfuerzos en una aplicación en la que tienes altas probabilidades de ganar que dividir tu tiempo en varias aplicaciones de las cuales en sólo una tienes la experiencia requerida.
En resumen
Debes mantener en mente que tu CV no es un resumen de todo lo que sabes sino un instrumento que te ayudará a conseguir entrevistas. De acuerdo con cómo los procesos de selección de mando medio y alto se manejan hoy en día, tu CV debe ser un documento modificado exclusivamente para esta posición que cumpla con los siguientes requisitos:
1. Ser de máximo una cara.
2. Incluir información objetiva y demostrable. Debe excluir información subjetiva que no puede ser constatada por escrito: “liderazgo”, “analítico”, “relaciones interpersonales”, etc.
3. Incluir sólo la información de tus experiencias vinculadas al perfil de la posición a la que postulas.
No ser un listado exclusivamente descriptivo, debe incluir logros demostrables.
Sergio Borasino y Victor Vignale partners de AB INAC Executive Search
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