Nosotros nos intentamos convencer de que algo está bien cuando, en realidad, sabemos que no es así.
Forbes. Los pretextos nos sirven de escudo para no hacer un trabajo determinado o esquivar las consecuencias de no obtener buenos resultados. ¡No te engañes más! Es momento de olvidar estas excusas a las que recurren con facilidad para dar la espalda a tus obligaciones.
1. Retrasar el momento
Comienzas a retrasar la hora en la que realizar tu trabajo sin ninguna explicación más allá de tu falta de ganas por hacerla. Al final, dejas pasar el tiempo más de lo requerido. Además se te acumula el trabajo. Resolverlo tan pronto como sea posible te evitará futuros dolores de cabeza.
2. No estoy capacitado para esto
Ni siquiera te das la oportunidad de intentarlo por miedo al fracaso. Cuando el trabajo se sale de lo establecido y precisa de una mayor implicación y concentración tiendes a cederlo a otro compañero. Te apoyas en la limitación de tus conocimientos y rechazas la idea de ampliarlos.
3. No voy a obtener nada con ello
Te adelantas al resultado final y optas por no hacer un trabajo con el que crees que no tendrás ningún beneficio. Estás desaprovechando muchas oportunidades que te pueden abrir camino en tu carrera profesional. Tu jefe no sólo valorará que tus resultados sean positivos sino la calidad de tu trabajo y el esfuerzo que has puesto en ello.
4. Me falta información
Pretendes que, cuando tengas que abordar un proyecto concreto, te faciliten toda la documentación necesaria para llevarla a cabo. No seas tan cómodo y utiliza tus herramientas para analizar y recopilar datos sobre el tema. No esperes sentado a que otros hagan parte del trabajo por ti.
5. Es demasiado tarde
Ya lo dice el refrán: nunca es demasiado tarde si la dicha es buena. Aunque quizás estés fuera del tiempo establecido, siempre es mejor finalizar tu tarea que dejarla a medio. Es una tendencia general ser impuntual y escudarte en la falta de tiempo para terminar tu trabajo.
6. No forma parte de mis objetivos
No siempre podrás realizar las funciones que quieras ni con todos los trabajos te sentirás igual de motivado. Aún así, es tu responsabilidad hacer todo lo posible por obtener un buen resultado y ofrecer lo que te piden.
7. Es imposible hacerlo sólo
Es muy común que solicites ayuda a tus compañeros cuando la necesites pero, no confundas conceptos. Una cosa es dejarte asesorar y pedir consejo y otra muy distinta es dejar en manos de tu equipo el trabajo que no quieres hacer. Ten consideración con ellos.
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